la obsesión religiosa por disciplinar los cuerpos

El Opus Dei, esa maquinaria religiosa que vinculó posiciones extremas, lazos políticos y poder económico, que siempre ha sido una incomodidad para la propia Iglesia Católica y para varios papas, sigue de pie y con ansias de reinventarse y volver a posiciones de poder en todo el mundo. En nuestro país, continúa ocupando un lugar dentro del catolicismo como un factor no numeroso pero sí de influencia. En una gran investigación, la periodista Paula Bistagnino se introduce en esa oscura “prelatura personal” (así se define técnicamente), sigue y retrata a una familia que integra la “Obra”, como se llaman a sí mismos. En el muy leído –y ya por la segunda edición– Te serviré (Editorial Planeta), la autora cruza los caminos de la fe estricta con los negocios, con el trato otorgado a sus fieles, algunos de ellos llevados a la esclavitud.1974, Argentina. Escrivá (al centro) ante la Virgen de Luján./ Imagen: opusdei.orgLa organización declara contar con 90.000 miembros en 68 países y, de ellos, unos 5.000 están en la Argentina. Bistagnino explica que “lo que nunca se contabiliza es la gran estructura que funciona sobre ese corazón religioso y que integra a una élite de poder en todos los países, que es de una enorme cantidad de gente: banqueros, abogados, empresarios como el caso del mayor donante de la Obra: Gregorio Pérez Companc quien ofrendó más de cien millones de dólares para la construcción de la Universidad Austral. También hay académicos, periodistas, jueces…” Entre ellos, casos como el recientemente renunciado juez de la Corte Manuel García Mansilla, decano de la Universidad Austral y relacionado con el Opus Dei al igual que Santiago Castro Videla, que se formó en esa universidad y hoy es el Procurador del Tesoro, reemplazante de otro renunciado: Rodolfo Barra, también adherente”.“Crecí en Bella Vista (Gran Buenos Aires) en los 80 y allí se hablaba (y se habla) del Opus Dei y de las familias numerosas, de mucho dinero y muy conservadoras. A mis 12, 13 años me enteré por una tía de la existencia de una escuela de mucamas para trabajar en las casas de las familias del Opus Dei. Luego de varios años me reconecté con el tema como periodista”. Poco después se conoció la denuncia judicial de 42 mujeres surgidas de esas escuelas y que habían sido sometidas a servidumbre y cuya denuncia hoy sacude los muros del Vaticano.La investigadora traza un eje para contar la gran historia del Opus Dei. Y esa es la de la familia Gianoli Gainza, de origen uruguayo pero con ramificaciones en nuestro país. En 1954 desembarcaron en Buenos Aires María Elina y su hija Elina, quien ingresó a la “Obra” como “numeraria”, una categoría jerárquica de la punta de la pirámide de la organización. El legado material de toda esta familia es motivo de disputas jurídicas porque existe la tradición de dejar herencias completas para beneficio del Opus, lo que le ha dado poder económico en todo el mundo. En este caso, las resistencias familiares llevaron el caso a la justicia. Es alrededor de esta trama que se desarrollan otras tantas que se mezclan con la propia historia argentina. Así, Paula Bistagnino tomó la historia de una familia para contar el intrigante y complejo fondo oscuro que es el Opus Dei.Hay una metáfora con la que el Opus Dei explica su visión, sostiene la autora de este libro en un bar de Parque Lezama: “la sociedad es como una montaña; para dominarla hay que llegar a la cima y, desde allí, derretir la nieve hacia las bases”: un efecto derrame de ideología religiosa.–¿El Opus Dei goza de buena salud en la Argentina?–A casi un siglo de su nacimiento –en 2028 cumple 100 años–, el Opus Dei está en crisis respecto de su corazón más religioso y conservador de esos miembros que viven con reglas de autoflagelación, celibato, encierro y demás. Pero su tejido de poder, influencia social y política, sigue tan o más vivo que nunca. Sigue sosteniendo una estructura de poder que es lo más importante del Opus Dei.Escrivá de Balaguer en el Teatro Coliseo en 1974 el fundador y líder del Opus Dei .–¿Cómo es ese tejido?–El Opus Dei tiene un núcleo religioso de miembros y luego una maquinaria poderosa a su alrededor que implica universidades, élites económicas, políticas y judiciales. En el presente están en un momento particular porque mantienen una disputa con el Vaticano, con el Papa Francisco y están “jaqueados” por la denuncia, quizás la más importante que han tenido en estos casi 100 años de historia: trata de mujeres para servicios domésticos.–¿De dónde surge la mirada crítica del Papa con el Opus?–Bergoglio es jesuita y esa orden tiene una rivalidad histórica con el Opus Dei desde su nacimiento en la España de 1928. Con el franquismo consiguen la aprobación de la Iglesia española, luego su fundador José María Escrivá de Balaguer viaja a Roma y consigue la habilitación. Los jesuitas tienen una mirada contraria respecto de cómo debería funcionar la iglesia, cómo se arma esa comunidad cristiana. Para el Opus se construye de arriba hacia abajo con una mirada clasista, de una élite que baja y derrama sobre las bases. Y para los jesuitas la iglesia se levanta desde las bases.Te Serviré .Fe, poder y disciplina: el plan del Opus Dei para beneficiarse de una de las mayores fortunas de América del Sur
Paula Bistagnino
Editorial Planeta–Y en Argentina, ¿cuáles son los puntos más altos de masividad y popularidad y de conexión con la política de la Obra?–El Opus Dei llegó en la década del 50 a la Argentina y Chile. Se fueron instalando y uno de los primeros momentos en los que consigue poder es con la dictadura de Onganía, cuando este les concede dinero del Estado para gestionar las escuelas de mucamas. Lanusse les dona un terreno de un cuarto de manzana en la Recoleta, donde construyen su sede principal con un subsidio que luego les entrega Jorge Rafael Videla por decreto. En ese lapso hay una entrada importante de miembros numerarios, al tiempo que tienen más acceso al poder directo.–En los 90 también se evidencian algunos nombres conocidos, ¿no?–Sí. Hay un ingreso importante de estudiantes de derecho de la Universidad Austral en el Poder Judicial a través de Rodolfo Barra, gracias a un sistema de pasantías. Barra dijo ser un “cooperador” de la Obra y Gustavo Beliz un seguidor de las enseñanzas de José María Escrivá de Balaguer, al igual que Francisco Trusso, embajador ante el Vaticano. El ex juez de la Corte, Antonio Boggiano, llegó a ser supernumerario.Ex empleadas esclavizadas denunciaron al Opus Dei por explotación laboral.–¿Cómo impactó en el Opus el escándalo que produjo la difusión del hecho de que había mujeres explotadas trabajando en casas de de miembros de la organización de forma gratuita y sin ningún tipo de derechos?–Algunos ex miembros del Opus con los que pude hablar me decían: “Tenés que mirar la estructura económica del Opus porque lo que más les jodería es que se revelen esos secretos cuando ellos dicen que son pobres”. Sin embargo, creo que nada fue tan duro para la organización como la denuncia de estas mujeres por varias razones. Son miembros de clase alta que someten espiritualmente a las personas, les exigen obediencia y otras cuestiones más vinculadas con una secta religiosa. Pero lo que nunca creyeron ellos era que estas mujeres que eran las más pobres y las que habían sido sometidas como servicio doméstico, y que en general vivían en condiciones de semi-encierro o de encierro, les iban a traer más problemas frente al Vaticano que los que les podría haber traído cualquier tipo de denuncia vinculada con lo económico. Aquí hay una acusación formal contra las principales autoridades del Opus de los últimos 40 años.–¿Cuál es el estado de la denuncia y de la causa?–La acusación surge de una investigación secreta de dos años que hizo la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas, a la que se sumó la Justicia Federal y el fiscal Eduardo Taiano. Juntos elevaron la acusación porque consideran probado que efectivamente hubo un sistema de reclutamiento, captación, sometimiento y explotación de mujeres en la Argentina. La Iglesia Católica nunca tuvo una acusación tan grave y ahora la tiene el Opus Dei, que es una institución de la Iglesia.Paula Bistagnino.
Foto: Ariel Grinberg–Como una de las ramas más conservadoras de la Iglesia, el Opus suele exponer el deseo de volver a un tiempo pasado, lejano y puro…–Ellos consideran que la Iglesia perdió un poder que no debería haber perdido, que estaba en el centro de nuestras vidas. La Iglesia tuvo a su cargo el Registro Civil, era parte del estado. Quieren el poder sin que se note que son parte del Estado. Ellos quieren recuperar esa centralidad que tenía la religión en nuestras vidas.–¿Y cómo se ubican en relación a gobiernos como los de Javier Milei o Donald Trump?–El Opus Dei se siente muy cómodo con los discursos y acciones de este tiempo de Milei y de Trump y de las derechas en general, las que vienen a restaurar ciertas ideas, a volver atrás ciertos debates como lo dijo Milei en Davos. Cuando aquí se empezó a debatir el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género, el Opus Dei empezó a dar a todos sus miembros, familia y colaboradores en sus retiros espirituales, un taller que se llamaba “Varón y mujer”… Opus Dei tiene una gran maquinaria de generación de ideas, académicos muy destacados formados en sus universidades –que son muy buenas– que saben llegar a través de la información, los discursos, y entonces lo que hacen es formar a sus miembros en estas ideas. Es una discusión que ellos venían dando. El Opus Dei también forma parte de muchas organizaciones conservadoras de ultra derecha que no solo se ocupan de vivir la religiosidad de una manera “muy pura”. Ellos no están pensando en su vida individual o compartida dentro de una institución. Ellos pretenden que eso llegue a toda la sociedad y que la sociedad viva según sus ideas.Paula Bistagnino en Parque Lezama
Foto: Ariel Grinberg –¿Pero ese lobby, esa presión religiosa, política es visible?–En los debates por la despenalización del aborto, por ejemplo, en las audiencias que se hacían en el Congreso de la Nación, veías curas manifestarse en contra del aborto, que eran identificables como tales. Y después veías personas influyentes que eran médicos o que eran abogados o que eran profesores universitarios de ética, de bioética y vos no sabías que eran miembros. Es una maquinaria que genera conocimiento, difunde ideas, acceden a los medios, al mundo de la investigación científica, de las instituciones. Tiene vocación de poder.Glosario de la fe extrema y mortificanteCilicio: Es una liga metálica con eslabones que terminan en punta hacia adentro y que se ajusta a la parte superior de la pierna de manera que esos eslabones presionan en la carne hasta lastimar. Todos los miembros célibes deben usarlo por lo menos dos horas al día.Cooperadores: Personas que ayudan con oración, aporte económico o trabajo, no son miembros.Disciplinas: Elemento de mortificación corporal similar al látigo, hecho de sogas trenzadas y enceradas, unidas por un extremo y sueltas por el otro. Se usa a solas, los sábados.Examen de conciencia: Cada noche, los fieles hacen una revisión crítica de sus acciones y pensamientos del día.Minuto heroico: El primer instante de cada día en la vida de un miembro del Opus Dei consiste en levantarse de inmediato y sin pereza al sonar el despertador, arrodillarse en el suelo, besarlo y mirando al cielo, exclamar “Serviam!” (¡Te serviré!).Mortificaciones corporales: El Plan de Vida establece el uso del cilicio y las disciplinas como elementos de autoflagelación para los célibes hombres y mujeres. Las numerarias, además, tienen la obligación de dormir sobre una tabla seis días a la semana hasta los 40 años.Numerario/a: Es la forma plena de pertenencia al OpusDei. Son varones o mujeres laicos que viven bajo compromisos de obediencia, castidad y pobreza (entregan su salario íntegramente a la organización si trabajan afuera y no perciben pago si trabajan adentro).Pitar: Es una palabra del argot que se usa como sinónimo de ingresar en la organización.Sumernumerario/a: Son fieles de la Prelatura sobre quienes no recae el requisito de vivir en celibato. Tienen la obligación de hacer una aportación mensual. Tertulia: La vida en lo centros del Opus contempla dos momentos para conversar:después del almuerzo y de la cena. Dura media hora y los temas no pueden alejarse de su vida como miembros de la Obra.La autora presenta su libro el 1° de mayo a las 17,30 en la sala Tulio Halperín Donghi de la Feria del Libro.Paula Bistagnino
Foto: Ariel GrinbergPAULA BISTAGNINO (1977, provincia de Buenos Aires) es periodista y licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Desde hace veinte años escribe en diarios y revistas sobre temas de sociedad, política y derechos humanos. Sus artículos se han publicado en eldiario.es, eldiario.ar, BBC, Infobae, La Nación y Revista Anfibia, entre otros medios de la Argentina y el mundo. Su investigación sobre la organización católica Opus Dei fue nominada al Premio Gabo y recibió el premio de Mejor Investigación del año de FOPEA en 2021.

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